La dislalia es un trastorno en la articulación de los fonemas, puede ser por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos o por la sustitución de éstos por otros. Es el trastorno del lenguaje más frecuente en los niños, el más conocido y más fácil de identificar. Suele presentarse entre los tres y los cinco años.
Existen diversos tipos de dislalias:
- Dislalia evolutiva:Hay una fase en el desarrollo del lenguaje en la que el niño no articula o distorsiona algunos fonemas; estos errores son las dislalias evolutivas.Es normal que hasta los cuatro años existan ciertas dislalias o errores en la pronunciación, y por ello la dislalia evolutiva no requiere tratamiento ya que la adquisición del lenguaje y el habla están en fase de maduración. Pero si estos errores se mantienen pasados los cuatro años, se debe recurrir a la evaluación de un logopeda.En un programa de prevención de alteraciones del lenguaje se trabajan actividades respiratorias, de soplo y movimientos de labios y lengua para favorecer una correcta articulación.
- Dislalia audiógena:el niño que tiene problemas de audición no articula correctamente y confunde fonemas que ofrecen alguna semejanza.La intervención va encaminada a aumentar la discriminación auditiva, corregir los fonemas alterados e implantar los que no posee.
- Dislalia orgánica:se llama así a la dislalia cuya causa es de tipo orgánico.Si están afectados los centros neuronales cerebrales se llaman disartrias y si hay anomalías o malformaciones en los órganos del habla (lengua, labios, paladar…) se llaman disglosias.
- Dislalia funcional: Es la alteración de la articulación producida por un mal funcionamiento de los órganos periféricos sin que existan trastornos orgánicos.
El niño con dislalia funcional no usa correctamente los órganos articulatorios a pesar de no existir ninguna causa de tipo orgánico. Es la más frecuente y sus causas pueden ser:
- Escasa habilidad motora.
- Estimulación lingüística deficitaria.
- Falta de discriminación auditiva.
- Factores psicológicos, ambientales o hereditarios.
- Deficiencia intelectual.
Los tipos de errores que se producen en la dislalia funcional son:
- Omisión: un sonido no se emite.
- Sustitución: un sonido es reemplazado por otro.
- Inserción: intercalar un sonido con otro que no corresponde a esa palabra.
- Distorsión: su articulación se hace de forma aproximada a la correcta y el sonido se produce deformado.
Los aspectos articulatorios que hay que evaluar son los siguientes:
- La articulación: Lenguaje espontáneo, lenguaje dirigido sin referencia visual, lenguaje dirigido con referencia visual e imitación provocada de sílabas, palabras y frases.
- Bases funcionales de la articulación: discriminación auditiva de fonemas, habilidad motora de órganos articulatorios, cantidad, control y dirección de soplo, capacidad y tipo de respiración.
Y también se examinan la inteligencia, la percepción y orientación espacial, el ritmo, la percepción, la psicomotricidad y otros exámenes complementarios.
La disglosia es un trastorno de la articulación de los fonemas debido a una alteración orgánica de los órganos periféricos del habla. Es de origen no neurológico central y provocado por malformaciones o anomalías, congénitas o adquiridas, de los órganos articulatorios periféricos.
Las causas pueden ser: malformaciones congénitas craneofaciales, trastornos de crecimiento, parálisis periféricas, extirpaciones quirúrgicas….
Dependiendo del órgano periférico del habla afectado se distinguen los siguientes tipos de disglosias:
- Disglosia labial: se produce una alteración en la movilidad, forma, fuerza o consistencia de los labios. Las causas más frecuentes son: labio leporino, frenillo labial superior hipertrófico, fisura del labio inferior, macrostomia…
- Disglosias mandibulares: es debido a la alteración en la forma de los maxilares.
- Disglosias dentales: es debido a una alteración en la forma o posición de las piezas dentarias. Las causas pueden ser herencia, alimentación, ortodoncias, prótesis….
- Disglosias linguales: se produce cuando la articulación se ve alterada como consecuencia de un trastorno orgánico de la lengua.
- Las causas son: anquiloglosia o frenillo corto, glosectomía, macroglosia, malformaciones congénitas, parálisis uni-bilateral del hipogloso.
- Disglosias palatales: se da cuando hay malformaciones orgánicas del paladar óseo y del velo del paladar.
El origen de este tipo de trastorno puede ser congénito, de desarrollo quirúrgico o traumático. Las causas son: progenie, disostosis maxilofacial, resección de maxilares…
Las causas pueden ser fisura palatina, fisura submucosa del paladar, paladar ojival, paladar corto, úvula bífida, velo largo, perforaciones….
Para hacer una correcta evaluación es necesario la recopilación de información (entrevista familiar, aportaciones de los profesores, informes de profesionales…) y un estudio exhaustivo de los órganos afectados (labios, maxilares, lengua, paladar, cavidad oral).
Es un trastorno del habla causado por la alteración en el control muscular de los mecanismos del habla. Su etiología se atribuye a una lesión del sistema nervioso central que puede producirse antes, durante o después del parto.
Dependiendo del punto del Sistema Nervioso Central en el que esté localizada la lesión podemos establecer los diferentes tipos de disartrias:
- Disartria Flácida.
- Disartria Espástica.
- Disartria atáxica.
- Disartria por lesiones en el Sistema Extrapiramidal.
- Disartrias mixtas.
En la evaluación hay que observar el funcionamiento de los órganos y músculos que participan en el habla, observando los procesos de la respiración, fonación, resonancia, articulación y prosodia.
Tanto en el diagnóstico como en la rehabilitación debe participar un equipo multidisciplinario formado por diferentes profesionales.
Definición de Wingate
Disrupciones de la fluidez de la expresión verbal que están caracterizadas por involuntarias, audibles o silentes, repeticiones o prolongaciones en la pronunciación de pequeños elementos de la palabra, especialmente sonidos, sílabas y palabras de una sílaba. Estas disrupciones usualmente ocurren con frecuencia o son notablemente distintivas y no fácilmente controlables. Algunas veces, las disrupciones se acompañan de actividades accesorias involuntarias del aparato del habla, relacionadas o no con estructuras corporales, o pronunciaciones del lenguaje estereotipadas. Estas actividades dan la apariencia de que el habla se relaciona con esfuerzo. También ellas son frecuentemente indicadoras o informadoras de la presencia de un estado emocional que se mueve a causa de una condición general de agitación o tensión, de una emoción más específica de naturaleza negativa semejante al miedo, turbación, irritación o algo parecido.
Definición de Wendell – Johnson
Una reacción de escape anticipatoria, aprehensiva e hipertónica. Tartamudear es lo que hace el hablante cuando:
- espera que ocurra el tartamudeo
- lo teme,
- se pone tenso al anticipar su ocurrencia y
- al tratar de evitarlo.
Definición de Joseph Sheenan
La tartamudez es un desorden en la presentación social del Sí-mismo. Básicamente, la tartamudez no es un desorden del habla, pero el conflicto se resuelve alrededor del Sí-mismo y el rol, es un problema de identidad. Formalmente, en términos de la Teoría del Rol la tartamudez es mayormente vista como un claro ejemplo del conflicto del rol de Sí-mismo. Como un desorden, representa un rol específico.
Definición de VAN RIPER
Un momento de tartamudez es una palabra que está mal organizada temporalmente, así como la reacción del locutor consecuente con la emisión de dicha palabra.
La tartamudez es un trastorno del habla que se caracteriza por la alteración en la fluidez y el ritmo de la expresión oral debido a las repeticiones y bloqueos espasmódicos.
Hay una concepción amplia respecto a la aparición de este trastorno del habla. Por un lado estaría la tartamudez inicial, y por otro estaría la tartamudez establecida.
El tartamudeo inicial se produciría en las primeras etapas de la adquisición del lenguaje y por lo tanto tendría un carácter evolutivo. Por ello si se presentan algunos cortes verbales o repeticiones silábicas debemos considerarlos como normales, intentando no corregirlos para no producir estrés o angustia en el niño. Si bien, no es normal que el niño tenga tics al hablar, se ponga nervioso, o realice tensión o bloqueos espasmódicos. En esta fase el niño puede no tener problemas en su comunicación hasta que la familia y el entorno se lo hacen evidente, tratando de que corrija el defecto. Entre esta fase y la constitución de la tartamudez establecida, puede distinguirse una etapa en que desaparece en el niño el placer por la comunicación verbal, pasando a ser el habla una fuente de frustración al adquirir una mayor y permanente consciencia del problema, al que se asocia la idea de ser tartamudo. Al final, una serie de factores como la conducta de evitación, la logofobia, ansiedad, esfuerzo…pasan al primer plano del síndrome convirtiéndose en poderosos determinantes de la persistencia y agravamiento del cuadro.
Algunos de los síntomas de la tartamudez son: repeticiones; prolongaciones de sonidos, sílabas, palabras o frases; bloqueos espasmódicos; pausas…
También suele presentar síntomas asociados:
- Manifestaciones lingüísticas: uso de muletillas, abuso de sinónimos, alteraciones sintácticas…
- Manifestaciones conductuales: mutismo, retraimiento, logofobia, reacciones de angustia y ansiedad, conductas de evitación…
- Manifestaciones corporales y respiratorias: tics, sudoración, enrojecimiento, hipertensión muscular, movimientos de manos o piernas, alteración fonorrespiratoria…
La disfemia presenta una etiología multifactorial. Muchas son las teorías propuestas pero parece ser que no hay un factor responsable que sea el desencadenante del trastorno, más bien son un conjunto de factores que se asocian de diferentes formas con algún predominio de uno sobre los demás, según los casos. Algunos posibles factores desencadenantes serían:
- Herencia.
- Sexo.
- Trastornos de la lateralización.
- Trastornos neurológicos.
- Trastornos en la estructuración temporoespacial.
- Alteraciones lingüísticas.
- Alteraciones psicológicas.
Con el tratamiento lo que debemos buscar es eliminar al máximo la sintomatología asociada al tartamudeo.
En cuanto al habla, se trata de reducir la tasa de disfluencia. Para ello algunas de las técnicas son:
- Técnica de soplo
- Uso de gestos elocuentes al hablar
- Enmascaramiento del habla
- Tartamudeo voluntario
- Modificación de la conducta
- Técnicas de relajación.
Aunque la tartamudez es la más común, no es la única alteración de la fluidez del habla. También lo es la taquifemia, que es una alteración de la fluidez del habla, en la que el individuo habla a gran velocidad produciendo una articulación imprecisa y desordenada de los sonidos.
Se producen omisiones de sílabas o palabras finales, emisión defectuosa de la voz y déficit de coordinación fonorrespiratoria.
El tratamiento consiste en reducir la velocidad del habla, para adoptar un ritmo lento que facilite una mejor articulación. Se debe trabajar: fonética, ritmo, melodía, organización secuencial….
Las personas que lo padecen suelen ser inconscientes de su dificultad.
Es una alteración del lenguaje expresivo y/o receptivo a causa de una lesión ocurrida en las zonas del cerebro destinadas al lenguaje. Se produce después de la adquisición del lenguaje o en el transcurso del mismo. Como consecuencia se pueden producir problemas tanto en la expresión y comprensión como en lectura, escritura, mímica….
La afasia es causada por daños en la parte del cerebro que controla el lenguaje y puede ser el producto de:
- Infecciones cerebrales.
- Intoxicaciones.
- Traumas cerebrales por accidente.
- Procesos inflamatorios infecciosos corticales.
- Tumores, hemorragias cerebrales, procesos del tipo trombótico.
- Accidente cerebrovascular.
Existen diversos tipos de afasias pero los principales son:
- Afasia de Broca: afasia expresiva que afecta al lenguaje hablado:
- Déficit en la expresión del lenguaje oral.
- Producción verbal no fluida y lenta.
- Reducción del vocabulario y sintaxis (frases cortas y telegráficas).
- Utilización de estereotipias verbales.
- Comprensión del lenguaje está relativamente conservada (puede mostrar dificultades ante mensajes hablados complejos).
- Afectación de la lecto – escritura en cuanto a expresión.
Estos son los diferentes tipos de afasias pero es poco común encontrar a un afásico que presente sólo las principales características de cualquiera de los cuadros de afasia. Por lo general, se mezclan diversas características de uno y otro tipo. Por lo que para realizar el tratamiento, es necesario realizar una evaluación del lenguaje en la que examinemos la expresión, comprensión, lectura, escritura, repetición…. para ver cuáles son los módulos que están dañados y sobre los que hay que trabajar.
En la rehabilitación también hay que tener en cuenta los factores psicológicos, la motivación, la atención, la memoria, la edad….
Es el retraso en la aparición o desarrollo del lenguaje sin alteración fisiológica, sensorial o neurológica.
La aparición del lenguaje y la expresión es más tardía de lo habitual, y se desarrolla lentamente con respecto a lo que cabe esperar de un niño de esa edad cronológica.
En la evaluación y diagnóstico hay que diferenciar entre:
Retraso del habla y retraso del lenguaje: en el retraso del habla sólo está afectado el nivel fonológico, mientras que en el retraso del lenguaje pueden estar afectados los niveles fonológico, semántico, morfosintáctico y pragmático
Disfasia y retraso del lenguaje: en el retraso del lenguaje tras la intervención se observa una rápida recuperación y mejoría, mientras que en la disfasia la evolución es mucho más lenta. Además en la disfasia la comprensión está mucho más alterada.
En el retraso del lenguaje las mayores dificultades las encontramos a nivel expresivo, pero si exploramos cuidadosamente la comprensión, podemos observar alteraciones.
Algunas de las alteraciones que presentan los niños con este trastorno son:
A nivel fonológico:
Retraso simple del lenguaje.
- Reducción consonántica.
- Ausencia de la vibrante múltiple /r/ la sustituye por /l/ o por /d/.
- Sustitución de /s/ por /t/.
- Reducción del sistema consonántico del adulto a uno más simple.
Retraso moderado del lenguaje.
- Reducción de los patrones consonánticos
- Ausencia de fricativas, siendo sustituidas por las oclusivas: /f/-/p/, /O/-/t/…
- Habla de bebé.
- Omisiones de consonantes iniciales.
Retraso grave del lenguaje.
- Múltiples dislalias.
- Inteligibilidad en el habla.
- Patrones fonológicos muy reducidos.
- Déficit muy grande en esta área.
A nivel semántico:
Retraso simple del lenguaje.
- Escaso.
- Comprensión normal.
Retraso moderado del lenguaje.
- Pobreza de vocabulario expresivo, nombran los objetos familiares, pero desconocen el nombre de otros muchos objetos.
- Entienden lo más cotidiano para ellos y de su entorno.
Retraso grave del lenguaje.
- Te lleva al sitio dónde está el objeto para que se lo cojas en vez de pedirlo verbalmente.
- Difícil comprensión: no identifica los objetos que forman parte de su vida familiar.
- Vocabulario muy escaso.
- Graves problemas para comunicar sus deseos.
A nivel morfosintáctico:
Retraso simple del lenguaje.
- Nivel normal.
- Emisiones inteligibles.
Retraso moderado del lenguaje
- Déficits de género y número y en los morfemas de tiempo de los verbos.
- Ausencia de subordinadas y yuxtaposición.
- Estructura de frases muy simple.
Retraso grave del lenguaje.
- Etapas muy primitivas: holofrase, habla telegráfica…
A nivel pragmático:
- Retraso simple del lenguaje.
- Lenguaje útil que le resuelva las situaciones.
- Consigue la colaboración de los demás.
- Sigue las conversaciones, sabe escuchar.
Retraso moderado del lenguaje.
- Utiliza las funciones del lenguaje de forma pobre.
- Abundantes imperativos y gestos verbales de llamada de atención.
- Poca iniciativa y escasas formas sociales de iniciación a las conversaciones.
Retraso grave del lenguaje
- Habla muy poco y no se le entiende nada.
- Conversación centrada en sí mismo.
- No posee forma lingüística adecuada.
- Poco interés comunicativo.
Al retraso del lenguaje pueden acompañar otros síntomas no lingüísticos como:
- Inmadurez generalizada.
- Dificultades en la estructuración temporo-espacial.
- Ligero retraso motor en movimientos que requieren una coordinación fina.
- Dificultades en el aprendizaje de la lecto-escritura y otros aprendizajes escolares.
- Retraso en la expresión gráfica.
- Dificultades en aspectos del desarrollo cognitivo.
El objetivo fundamental de la evaluación es establecer la línea base del funcionamiento lingüístico, para poder planificar el programa de intervención y controlar la evolución posterior. Para ello realizamos:
1. Entrevista familiar y anamnesis. Se recogen todos los datos sobre el paciente (historia clínica, estudios y tratamientos realizados…)
2. Evaluación normativa. Comparamos el desarrollo lingüístico del niño con el normal para su edad cronológica.
3. Evaluación descriptiva/funcional. Analizamos el nivel lingüístico del niño en diferentes situaciones comunicativas mediante registros de lenguaje y la valoración anatomofuncional de los órganos fonoarticulatorios.
El grado de gravedad será el que nos indique si el niño debe de comenzar las sesiones de logopedia. Aconsejando iniciar la reeducación lo más pronto posible en los casos de retraso grave. En este tipo de trrastorno tenemos que trabajar:
- Atención.
- Organización fonológica.
- Organización semántica.
- Organización morfosintáctica.
- Pragmática.
Es necesario que haya juego, flexibilidad y espontaneidad en cada sesión para mantener la motivación, ya que sin ella el programa de intervención de poco servirá.
La Disfasia se aplica a los niños que presentan un trastorno severo del lenguaje, tanto en la expresión como en la comprensión, y cuyas causas no se deben a razones obvias como pueden ser: sordera, retraso mental, desórdenes emocionales…
En este trastorno, al igual que en el retraso del lenguaje, nos encontramos dificultades a nivel fonológico, semántico, morfosintáctico y pragmático. Pero la diferencia entre ambas alteraciones no sólo es la gravedad de la sintomatología, si no la diferencia de la evolución ante la intervención, evolucionando mucho mejor el retraso del lenguaje. Otra diferencia fundamental es la afectación de la comprensión, que en la disfasia está más alterada.
Es un trastorno que se manifiesta a partir de los seis años y una de sus características es la falta de organización en el lenguaje.
Algunas de las características en el plano lingüístico son:
- Distorsión y reducción del sistema consonántico.
- Dificultad en la emisión de palabras.
- Escasa utilización de los posesivos.
- Uso escaso o nulo de los plurales y los nexos.
- Vocabulario reducido.
- Alteración de la estructura lógica de la frase.
- Dificultades en la escritura.
- Escasa comprensión de nociones abstractas, espaciales, temporales.
- Dificultades para sintetizar historias contadas previamente.
- Dificultades en el aprendizaje de la lectura.
- Tienen dificultad para repetir más de dos sílabas sin significado y son incapaces de repetir frases.
- Retraso en el razonamiento lógico.
El tratamiento, está orientado a la organización del pensamiento y la estructuración del lenguaje, con el fin de favorecer la comprensión y la expresión oral.
El mutismo selectivo es un trastorno de la comunicación verbal, de origen emocional.
Es la dificultad, que tiene el niño, para comunicarse verbalmente en entornos y situaciones sociales poco familiares y/o con personas poco conocidas.
Los niños con mutismo selectivo tienen una competencia lingüística y comunicativa adecuada para su edad, y esta competencia se manifiesta habitualmente en el entorno familiar próximo pero no se manifiesta en otros ambientes.
La característica esencial del mutismo selectivo es la inhibición persistente del habla en situaciones sociales específicas (Olivares, 2007).
La mayoría de los expertos creen que hay factores ambientales, biológicos e interpersonales relacionados con la ansiedad que causa el mutismo selectivo. Algunos de estos factores pueden ser: retraso del habla, perfeccionismo familiar, experiencias traumáticas, apego excesivo a la madre, estilo educativo autoritario, excesiva atención recibida por no hablar…
Este trastorno no suele remitir de forma espontánea y si no se interviene puede permanecer durante años. Además de conllevar altos niveles de sufrimiento personal puede desembocar en importantes problemas de adaptación, y repercutir negativamente en el desarrollo social, personal y académico del niño.
El Autismo es un trastorno severo del desarrollo que afecta a la socialización, comunicación, la imaginación, la planificación y la reciprocidad emocional. Los síntomas, en general, son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y las estereotipias.
Los rasgos de conducta característicos que podemos encontrar en una persona autista son:
- Incapacidad de un lenguaje para comunicarse.
- Dificultad para relacionarse con personas de su entorno.
- Presencia de movimientos estereotipiados.
- Buena memoria mecánica.
- Ausencia casi completa de conductas de aproximación.
- Desinterés por todo lo que les rodea.
Las conductas de aislamiento, retraimiento, tensión, evitación….pueden ser un síntoma temprano de autismo.
El autista puede presentar alteraciones lingüísticas, de alimentación, sensoriales, psicomotrices, relacionales y sueño. Algunas de ellas son: ecolalia inmediata y diferida, inmadurez en la estructuración sintáctica, respuestas retardadas, cambio pronominal, lenguaje gestual y mímico limitado, rechazo de la masticación, no sonríen al rostro humano, no mueven la cabeza ni los ojos al llamarles, mirada inespecífica, reaccionan como si no oyesen, movimientos estereotipados, retraso psicomotor, desinterés, no aparición de la sonrisa como relación, carencia de respuestas sociales, terrores nocturnos…
En la evaluación tenemos que saber encontrar todas las potencialidades del niño. Aunque no haya lenguaje hay que buscar el grado de comunicación, intentar conocer cómo el niño comunica es un objetivo primordial. Hay que evaluar también el nivel de desarrollo de las diferentes funciones cognitivas, analizar los trastornos del comportamiento, registrar las habilidades adquiridas…
El tratamiento es un programa dinámico y flexible que se irá ajustando según los progresos de cada sujeto y de su entorno.
En la etapa de Educación Primaria el aprendizaje de la lectoescritura es fundamental para los aprendizajes posteriores. Un problema en dicho proceso lleva al niño a un fracaso escolar y este puede evolucionar a un fracaso social.
La lectura sólo es posible cuando funcionan adecuadamente un buen número de operaciones mentales. Los procesos cognitivos que intervienen en la lectura son:
- Procesos perceptivos.
- Proceso de acceso al léxico.
- Procesos sintácticos.
- Procesos semánticos.
- Procesos ortográficos.
- Memoria operativa o memoria de trabajo.
La dislexia es un trastorno en la adquisición de la lectura. Es el problema para aprender a leer que presentan niños cuyo coeficiente intelectual es normal y no hay otros problemas psicológicos o físicos que puedan explicar dichas dificultades.
Consiste en la presencia frecuente y persistente de errores en la lectura tales como saltarse palabras, sílabas o sonidos, sustituirlos por otros diferentes, realización de una lectura excesivamente lenta, difícil de entender para el oyente, en la que no se respetan los signos de puntuación, escasa comprensión lectora debida a la falta de ritmo, etc.
La dislexia va unida en ocasiones a otros trastornos del aprendizaje como son:
La disgrafía es la dificultad para coordinar los músculos de la mano y del brazo en niños intelectualmente normales y sin deficiencias neurológicas severas
La letra puede ser muy pequeña o muy grande, los trazos están deficientemente formados y torpes. El rasgo característico es la rigidez de la mano y la postura presionando exageradamente el lápiz. Y además, el disgráfico no puede seguir la línea del renglón ni respetar los tamaños de las letras.
La velocidad de escritura es lenta.
Se trata de una dificultad en la escritura cuya característica principal es un déficit específico y significativo de la ortografía normalmente asociada a los trastornos lectores. Las personas que lo padecen no pueden escribir las palabras de manera gramaticalmente correcta.
La dislexia se presenta en muchos grados, desde pequeños problemas que se pueden superar en un plazo breve hasta una dificultad que se arrastra de por vida. Por lo que es importante una detección precoz del problema antes de que se produzca como hemos dicho anteriormente un fracaso escolar y posible fracaso social.
Para la detección evaluamos:
- El lenguaje: puede haber dislalias y omisiones, inversiones y confusiones de fonemas, expresión verbal pobre, dificultad de aprender palabras nuevas… En general el rendimiento en las áreas lingüísticas es bajo.
- La lectura: pueden producirse omisiones y adicciones de letras, omisiones e inversiones de sílabas, cambiar el orden de la sílaba dentro de la palabra, confusión entre las letras que gráficamente se diferencian por su simetría o pequeños detalles (d/b, p/q, b/g, u/n…), falta de ritmo al leer, no se usan los signos de puntuación, baja comprensión lectora…
- La escritura: se producen inversiones de letras en espejo, confusiones de letras que se parecen por la grafía o el sonido, omisiones, mezcla de mayúsculas y minúsculas, agrupaciones y separaciones incorrectas, mala elaboración de las frases y escritura confusa… A la hora de escribir la coordinación manual es baja, la postura incorrecta, tonicidad muscular inadecuada, torpeza…
Para realizar el diagnóstico primero hay que descartar:
- Defectos de visión o audición.
- Coeficiente intelectual bajo.
- Lesiones cerebrales.
- Retraso grave del desarrollo.
- Problemas psicológicos.
- Falta de instrucción.
En la Dislexia, las intervenciones a realizar variarán en función de aquellos aspectos que resulten más complicados para cada persona en concreto. Las pautas para la intervención deben ajustarse a cada caso.
Los niños disléxicos tienen su propio ritmo de aprendizaje y tenemos que intentar darle el mejor soporte posible en clase, evitar agobiarlo con el trabajo y prestarle atención individualizada. Se trata de un trastorno crónico y las dificultades estarán siempre pero con diferentes consecuencias, en todo caso dependerá de la atención y tratamiento recibido en las primeras etapas del trastorno.
El término discalculia se refiere específicamente a la incapacidad de realizar operaciones de matemáticas o aritméticas. Puede ser causada por un déficit de percepción visual o problemas en cuanto a la orientación.
Quien padece discalculia por lo general tiene un cociente intelectual normal o superior, pero manifiesta problemas con las matemáticas, señas y direcciones, etc.
La discalculia se caracteriza por la presencia de dificultades:
- Perceptivo-visuales.
- Distancia y tamaño.
- Figura y longitud.
- Orientación espacial.
- Esquema corporal.
- Amnésicas.
Algunos de los síntomas que se producen en la discalculia son:
- Dificultades frecuentes con los números, confusión de los signos: +, -, / y ×, reversión o transposición de números, etc.
- Dificultades con tablas de itinerarios, cálculo mental, señas y direcciones, etc.
- Dificultades amnésicas relacionadas con la información numérica.
- Dificultades relacionadas con la orientación espacial.
- Hay errores de transcripción, por ejemplo, escribir números dictados.
- Dificultad con los conceptos abstractos del tiempo y la dirección.
- Dificultades para realizar abstracciones y elaborar asociaciones a partir de material numérico.
- Incapacidad para comprender y recordar conceptos, reglas, fórmulas, secuencias matemáticas (orden de operaciones).
- Dificultad para llevar la puntuación durante los juegos.
- Ansiedad, ante aquellas tareas y actividades relacionadas con las matemáticas.
- Se utilizan los dedos para contar.
- La edad para detectar un problema de discalculia está entre los seis y ocho años.
- Se debe hacer una valoración global del nivel intelectual, con el fin de comprobar si los déficits asociados a la discalculia están relacionados con bajo nivel intelectual.
Para una primera evaluación se pueden realizar las siguientes pruebas:
- Dictados de números.
- Copiados de números.
- Cálculos no estructurados mediante juegos o gráficos.
- Resolución de problemas.
En caso de que se diagnostique una discalculia es recomendable realizar una evaluación neuropsicológica para descartar posibles déficits neurológicos y delimitar con mayor precisión el problema.
La intervención siempre se tiene que realizar en función del diagnóstico establecido anteriormente.
El tratamiento es gradual y en general suele tener buenos resultados.
La lectura es una actividad compleja que parte de la decodificación de los signos
escritos y termina en la comprensión del significado de las oraciones y los textos.
En el retraso lecto-escritor nos encontramos dificultades en el desarrollo de los procesos de lectura y/o escritura.
Está dificultad es la que más se da en el colegio a nivel de lenguaje escrito.
Algunas de las explicaciones hacen referencia a: déficit visual, confusión espacial y direccional, déficit modal cruzado de ojo-oído-mano, etc. Aunque se ha comprobado que los problemas psicolingüísticos son responsables de un mayor número de casos.
Algunas características de este retraso son: dificultades en los procesos léxicos, vocabulario escaso, lectura lenta…
Es importante detectar tempranamente las dificultades para el aprendizaje de la lectoescritura.
El sonido producido por el paso del aire pulmonar a través de las cuerdas vocales que luego es amplificado y modificado por las cavidades de resonancia es la voz
Los trastornos de la voz son:
- Disfonía: alteraciones en la intensidad, volumen, tono o timbre.
- Afonía: pérdida total de la voz.
Hay dos tipos de disfonías: funcional y orgánica.
- Disfonía funcional: trastorno de la voz que tiene como causa principal la mala utilización fisiológica de los órganos fonoarticulatorios, con o sin alteración anatómica de los mismos.
- Disfonía orgánica: trastorno de la voz producido por alteraciones anatómicas en los órganos fonoarticulatorios responsables en la producción de la voz.
Algunos de ellos están provocados por malformaciones congénitas, procesos inflamatorios, tumorales, problemas neurológicos, trastornos musculares y traumatismos.
Algunas de las patologías más frecuentes son las siguientes:
- Laringitis aguda: Es la causa más frecuente de disfonía y ocurre por una inflamación de las cuerdas vocales debido a una infección viral o a un uso excesivo de la voz.
- Nódulos: es una pequeña formación blanquecina, en el borde libre de la cuerda vocal, entre el tercio anterior y los dos tercios posteriores. Suele ser bilateral.
Es un trastorno funcional unido al mal uso vocal. Algunos de sus síntomas son:
- Voz gutural, soplada y de esfuerzo.
- Elevación laríngea y contracción laríngea.
- Ingurgitación venosa del cuello.
- Respiración corta y superficial.
Pólipos: neoformación redonda, blanda, rosada o blanca, benigna, que aparece entre el tercio anterior y el tercio medio del borde libre de la cuerda vocal. Está relacionado con el abuso vocal de la voz hablada o cantada y también unido a la irritación del tabaco y el alcohol, junto con los ambientes polvorientos, vapores irritantes o cambios bruscos de temperatura.
Algunos de sus síntomas son:
- Voz apagada, sin timbre y de esfuerzo.
- Cambios súbitos de voz, cuando el pólipo es pediculado.
- Pocas molestias laríngeas (tos, carraspeo, etc)
Edema de Reinke: edema crónico bilateral no inflamatorio del borde libre de los repliegues vocales.
Se caracteriza por:
- Voz con un timbre agravado.
- Movimientos respiratorios de aleteo o chasquido.
- Tos frecuente.
- Gran dificultad en la gama tonal.
Hiatus: se llama Hiatus Cordal al cierre incompleto de las cuerdas vocales. Este mal cierre o cierre incompleto producirá un escape de aire en el paciente produciendole una disfonia. Este fenómeno se puede observar en los pacientes con patología tanto funcional como orgánica.
Parálisis de cuerda vocal: El nervio recurrente es el más comúnmente implicado en esta afección, aunque también puede deberse a parálisis del nervio laríngeo superior o parálisis asociadas de laringe.
El movimiento de las cuerdas vocales es necesario tanto en la fonación, como en la respiración y en la deglución, por lo que cuando hay una parálisis de cuerda vocal estas funciones pueden estar alteradas.
El síntoma principal es la disfonía, la voz es más débil y soplada a consecuencia del escape de aire entre las cuerdas vocales. Y algunas veces también se produce tos al tragar provocado por el ingreso de líquidos ingeridos o saliva en la vía respiratoria.
Algunas de las causas más destacadas son:
- Post operatorio de cirugía de tiroides.
- Parálisis sin causa aparente.
- Viral.
- Congénita.
- Post traumática (luego de sufrir un traumatismo).
- Secundario a proceso benigno o maligno de laringe, tiroides, cerebral, cervical y/o torácico.
- Accidente cerebro-vascular.
Diplofonía: voz bitonal, que presenta simultáneamente dos sonidos que no tienen ninguna relación armónica. A veces es debido a papilomas, pólipos o parálisis laríngeas.
Se caracteriza por:
- Hipotonía laríngea.
- Voz gutural, de esfuerzo y auditivamente desagradable.
Siempre que haya alteraciones de la voz es necesario acudir a un otorrinolaringólogo, quien realizará una exploración a fin de conocer las características anatomo-fisiológicas de la laringe, la existencia o no de lesiones secundarias y el tipo de patrón fonatorio. Si la lesión precisa de rehabilitación foniátrica se realizará una evaluación funcional de la voz. Con ello se establecerá el tratamiento más adecuado para mejorar y restablecer un patrón fonatorio que permita al sujeto desenvolverse en todos los ámbitos de su vida con total normalidad y sin limitaciones.
Para conseguir un patrón fonatorio correcto hay que trabajar y automatizar una técnica vocal adecuada. Esto nos ayudará tanto a eliminar la lesión o sintomatología como a impedir recidivas posteriores.
Para adquirir una correcta técnica vocal en la rehabilitación hay que trabajar los siguientes ejercicios:
- Ejercicios de relajación de cuello, mandíbula, labios, lengua y carrilos.
- Ejercicios posturales.
- Ejercicios respiratorios.
- Ejercicios de articulación.
- Ejercicios de impostación.
Trastorno de la deglución caracterizado por la persistencia de la deglución infantil. Cosiste en la postura y uso incorrecto de la lengua en la deglución.
Este trastorno produce: anomalías dentarias, respiración bucal, trastornos articulatorios, alteraciones del tronco, lengua, labios, mejillas, paladar blando…
Hay dos tipos:
- Deglución atípica con interposición lingual.
- Deglución atípica con interposición labial.
Algunas características son:
- Masticación en la zona anterior de la boca en lugar de realizarla con los molares.
- Movimientos asociados de cabeza, manos…
- Suelen aparecer restos de comida y saliva en los labios.
- Labios hipotónicos.
- En la evaluación hay que observar los movimientos en posiciones de deglución y masticación.
- La reeducación debe ser individual y debemos de eliminar los factores causales.
Hay diferentes pasos:
- Toma de conciencia de la alteración.
- Entrenamiento de la musculatura.
- Automatización y generalización de las formas correctas y eliminación de malos hábitos.
- En la reeducación se trabaja con diferentes texturas, sabores y movimientos.
- Podemos utilizar dibujos, fotos, representaciones, etc. para mostrar la forma correcta e incorrecta.